Seguido escucho a amigas o conocidas que se quejan de los hombres; dicen cosas como: “hice todo bien, lo correcto y aún así el no reaccionó como yo esperaba, no hizo lo que yo quería… estoy muy decepcionada.”
La frustración y el enojo vienen cuando no obtenemos la respuesta que esperamos de otra persona. Tenemos en mente una expectativa de lo que otra persona “debería” hacer. Es decir, estamos permitiendo que nuestra felicidad y por lo tanto nuestro buen humor dependan de los actos de otra persona.
O sea que si esa persona no hace lo que nosotros consideramos que “debería” de hacer, nos vamos a enojar, frustrar y poner de muy mal humor…. Mmmm, me pregunto ¿qué posibilidades habrá de que una tercera persona tenga la osadía y falta de consideración de no hacer lo que yo considero que “debería hacer”? La respuesta te podría sorprender: MUCHAS!!! La palabra debería es tan absurda como la palabra hubiera (que en mi pueblo dicen que el “hubiera” es el tiempo de los pendejos).
Ya cuando lo leemos no, suena tan brillante ¿verdad? ¿entonces, qué pasa?
Pasa que nuestra decepción aleja a los demás de nosotros si su repuesta no fue “lo que esperábamos” o “lo que yo hubiera hecho”.
Cuando un hombre no cumple tus expectativas, lo primero que puedes hacer es reconocer que TIENES expectativas, que ya estás esperando ciertas cosas de él y probablemente él ni lo sabe. Esas expectativas no se tratan de él, son cosa tuya únicamente.
Lo que importa no es lo que él haga o deje de hacer, si no te llama cuando tu esperabas que lo hiciera, no importa, lo que importa es en qué conviertes tú una situación como esa. De hecho que no llame no tiene nada que ver con la clase de mujer que eres (maravillosa) ni te define como persona.
Sus acciones (las del infeliz que no llamó o no ha llamado) no determinan la confianza y seguridad que tienes tú en ti. Tu seguridad no puede depender de las acciones de terceras personas, porque en ese caso estarías en graves aprietos. Pero como TU estás viviendo tu propia vida, misma que está llena de las cosas que tú amas, no centras tu atención en cada detallito de la vida y el comportamiento de otros!
Por el contrario, tu calidez y tu bella sonrisa, relajan y hacen sentir bien a todos los que te rodean.
No vives en estado de “reacción” de las cosas que “te suceden” ni de lo que los demás “te hacen”. Tu vida no depende de tu galán, de tu novio en turno ni de tu marido. Dependen de ti y de lo que tú decides hacer por ti y por los demás cada día.
Eres mucho más fuerte, feliz y deseable cuando eres la dueña de tus emociones. También eres una mucho mejor compañía.
La expectativa es una de las enemigas del romance… lo matan. Lo que empieza con alegría y buena intención se va convirtiendo en una serie de reglas y castigos. No tiene que ser así. Suelta las expectativas como si fueran un globo de helio, velas irse y perderse en el horizonte. Deja de formar parte de una dispareja, mejor se parte de una pareja.
Junto con la expectativa suelta y deja irse a las opiniones de los demás, junto con sus proyecciones que solo te calientan la cabeza, neta, por bien intencionadas que sean tus amigas, por mucho que te quieran, pedirles consejos u opiniones sobre tu vida romántica puede ser peligroso.Muchas veces no podemos evitar reflejar nuestra propia frustración en la vida de los que queremos. Si tu amiga lo está pasando mal, te puede dar MUY malos consejos.
Toma las cosas de quien vienen. Así como no le pedirías consejos financieros a alguien que nunca tiene un peso, no le pidas consejos sobre tu relación a quienes no están en una relación satisfactoria.
Con los hombres menos es más, deja que su imaginación trabaje a tu favor, no tienes que hacer nada, déjalo imaginar y que su curiosidad lo haga buscarte… mientras tanto tu vida sigue! Si te acuerdas que tenías vida antes de conocerlo, verdad? Si quieres dime loca, pero a lo mejor tenías intereses, amigos, hobbies y hasta te divertías… y sin él!!!
No lo olvides: Expectativas = Frustración!
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