jueves, 8 de septiembre de 2011

Yo la Regué, Ahora… ¿Que Hago?

Mis posts suelen ser para “ardillas” y siempre hablo de las cosas que hacen ellos, de las maldades de ellos, de cuando ellos no están disponibles, de cuándo no llamaron, de cuando se desaparecieron, de cuando te dejaron esperando,  pero… ¿qué pasa cuando eres tú la que la regó? ¿qué haces cuando tu eres la que lo lastimó o la responsable de que la relación haya terminado?


¿Te pusiste absurdamente celosa e hiciste una escenita? ¿le faltaste al respeto con alguna acción o palabra? ¿en un arranque lo cortaste, pensando que como siempre va a regresar? ¿te has dedicado a reclamarle cosas TODOS los días hasta cansarlo? y la lista sigue…


Primero, aprendamos aceptar nuestra responsabilidad, somos adultas y no hay nada de malo (al contrario) en saber aceptar que te equivocaste y pedir perdón cuando lastimaste a alguien o cuando lo hiciste pasar un mal momento. Aceptar responsabilidad no es hablar con alguien y darle una serie de justificaciones (razones, como las llaman quienes las dan) sobre por qué hiciste tal o cual cosa. Tampoco es decir: “es que no lo hice con mala intención” porque a la hora de la hora la intención vale gorro. A mi la intención de la gente que YA me hizo daño la verdad no me interesa, el daño está hecho con o sin intención, nunca he entendido por qué la gente cree que decir que lo hizo sin intención tiene alguna utilidad.


Asumir la responsabilidad es hablar con la persona a la que lastimaste o decepcionaste y decirle; “discúlpame por    ___ fill in the blank___ se que estuvo mal, que te lastimé o —-fill in the blank (again)—- y no debí de haber dicho/hecho tal o cual cosa, por favor dime qué puedo hacer para que te sientas mejor”. Con ese ejemplo estás asumiendo tu responsabilidad, no te estás justificando, estás aceptando que lo que hiciste estuvo mal y estás preguntando como lo puedes mejorar.


Cuando damos justificaciones dentro de una disculpa le restamos importancia tanto a lo que hicimos, como  a nuestra disculpa, de verdad que le restas valor. Porque de alguna manera quieres que la otra persona sea comprensiva contigo, que vea que no eres tan mala onda… es mucho más fácil que a alguien se le baje el coraje y pueda comprender tus razones e incluso ponerse en tu lugar cuando aceptas totalmente tu responsabilidad. Es más probable que bajen la guardia. Mientras te estás justificando no pueden bajar la guardia porque tú tampoco lo  has hecho.  Las justificaciones son una forma de defenderte de la persona con lo que te estás disculpando es un poco absurdo ¿no?


Entonces, si te justificas y das razones, lo que haces es mantener al ofendido defendiéndose de ti. Lo mantienes en alerta tratando de refutar tus justificaciones en lugar de suavizarlo con una disculpa sincera, que lo que hace es que la gente (en casi todos los casos) baje la guardia. SI no lo hacen de inmediato, lo harán una vez que tengan tiempo de digerir que ya aceptaste tu error y pediste disculpas.


La reacción de ellos depende de lo fuerte que haya estado tu ofensa, de lo sólida que sea su relación en el momento de tu regada y sobretodo de lo noble que él sea. Si hiciste algo MUY ofensivo o lastimoso como insultar o engañar no esperes que te perdonen en el momento que te disculpas.


Dale tiempo. La mente tiende a recordar solo lo positivo y a olvidar lo negativo, es parte de la naturaleza humana, solo que para eso se necesita TIEMPO y ESPACIO.


También entiende la diferencia entre pedir perdón y ponerte de tapete.  La riegas, lo reconoces, te disculpas y le das espacio y tiempo a tu pareja de asimilar que asumiste tu responsabilidad y decidir si lo sucedido es algo que puede dejar atrás o no; si esto los une más o los separa. No te quedas ahí explicando y re – explicando lo sucedido, porque por lo general es contra producente.


Independientemente del resultado de tus disculpas (sean aceptadas o no) para ti será curativo haber asumido tu responsabilidad, te ayuda a perdonarte tú misma (de lo que sea) que es, al final del día, la parte más difícil.


Aprende a perdonarte tú y jamás te sientas mal de haberte disculpado con alguien que no te pudo perdonar, ese ya es problema de ellos, no tuyo. Y como dice mi mejor amiga “la Dodo” Si me caigo por pendeja, me levanto por chingona!!!


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